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Aquesta edició d'El vas de plata, il·lustrada amb unes pintrures magnífiques d'Andrés Hispano, es complementa amb una introducció, unes notes explicatives i una secció final d'activitats on l'obra s'analitza detalladament.
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La nostàlgia de les excursions dominicals, la desolació per la mort d’ un amic, el trastorn dels sentits en viatjar per primera vegada lluny de casa, el vertigen que provoca el risc d’ una entremaliadura, l’ ebrietat dels primers d
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La nostalgia de las excursiones dominicales, la desolación por la muerte de un amigo, el trastorno de los sentidos al viajar por primera vez lejos de casa, el vértigo que provoca el riesgo de una travesura, la ebriedad de los primeros días de vacaciones... Las emocionantes estampas que componen El vaso de plata rescatan de la memoria distintos momentos de la adolescencia de su protagonista, relatos conmovedores sobre la formación moral, sobre aquel «viaje a la singularidad que constituye toda adolescencia», por decirlo en palabras de Martínez de Pisón. La quietud y permanencia que destilan sus páginas, la sensación de que nos cuentan cosas «que han pasado y que están destinadas a seguir pasando» son uno de los mayores logros de un libro que ha retratado la adolescencia como pocos en nuestra reciente literatura. Este libro, el primero de narrativa que publicó su autor y por el que obtuvo el premio Ciudad de Barcelona y el Crítica Serra d'Or de 1992, está destinado a acompañar nuestro propio aprendizaje del dolor y del amor y a perdurar en la memoria lectora. Un libro que nos enseña, como diría su autor, que «la vida es un pasar de una adolescencia a otra». «Se trata de un libro espléndido, medido y contenido en la expresión y en el lenguaje que se nos aparece como un repertorio impresionista del tiempo pasado, (...) como un inteligente comentario moral, a veces contundente, sobre las selecciones de la memoria.» Antoni Munné (El País) «Un nostálgico y lúcido viaje a una adolescencia reconstruida a palabras, que será un emotivo ‘,espejo retrovisor' para cualquier lector.» Sonia Rueda (20 Minutos) «La descripción tensa con notable criterio narrativo un material que en otras manos se habría convertido en lirismo innecesario.» J. E. Ayala-Dip (Qué Leer) «Antoni Marí elabora las materias primas de la experiencia, de forma sólida, útil y única.» Helena Tur (Diario de Ibiza) «No creo que ningún lector interesado en la Belleza deba perder la ocasión de incorporar estos catorce cuentos a las baldas de su biblioteca [...] El vaso de plata es una de las formas que ha escogido lo Espléndido para volverse tinta.» Rubén Castillo Gallego (El Faro de Murcia) «Gracias a su sencillez y su contención, estos textitos toman un carácter universal que hace que enseguida conecten con el lector.» Maria José S. Mayo (El Confidencial) «Son apenas cien páginas de tersa y sobria escritura.» Alenarte Revista «El vaso de plata es uno de esos libros excepcionales que desearías que continuaran hasta el infinito.» Pilar Cambra (Actualidad Económica) «El vaso de plata es un delicado viaje al pasado del autor.» Sònia Hernández (La Vanguardia) «Deliciosa y singular, [...] El vaso de plata es una excelente novela de formación, [...] es una de esas pequeñas joyas cuyo brillo de autenticidad y de honestidad literaria transmiten la íntima satisfacción del descubrimiento y avivan la necesidad de recomendarla.» Ignacio Midore (La Opinión de Granada) «El resultado es redondo porque cada una de esas pinceladas sutiles y delicadas pero intensas nos llegan a dentro.» Modesta Cruz (RNE) «El narrador va estableciendo como el acta notarial (...) de sus propios recuerdos, registrando sin interferencias la ironía, bondad y belleza de las aventuras diminutas de la infancia y adolescencia, los pasajes de una educación moral y sentimental.» Jesús Moreno Sanz (Diario 16)
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L’,indici d’,una expressió perduda, «estat d’,absència», descoberta en un llibre, guia el narrador a la recerca del secret que s’,oculta darrere el seu rastre, del qual, ara, vol descobrir els possibles sentits. A poc a poc es veurà com aquell indici desvetlla una successió d’,idees i d’,imatges que encerclen l’,existència mateixa del narrador. Seguint els senyals que l’,expressió trobada deixa en Ernst Jünger, Charles Baudelaire i Fiòdor Dostoievski, Marcel Proust i Ramon Llull, Samuel Beckett i Descartes, entre d’,altres, el narrador hi reconeix una qualitat viva i desconcertant. Una qualitat que ho transforma –,i identifica–, tot en una realitat que ultrapassa la lògica de la certesa i la versemblança.
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Antoni Marí (Eivissa, 1944) és poeta, assagista i catedràtic de Teoria de l’Art a la upf. A més de l’antologia del romanticisme alemany El entusiasmo y la quietud, ha publicat els assaigs L’home de geni, premi Serra d’Or, La voluntat expressiva, premi Nacional dela Generalitat de Cata lunya, Formes de l’individualisme i La vida dels sentits. És autor dels re cullspoètics El preludi (Quaderns Crema, 1979), Un viatged’hivern, premi de la Crítica, El desert i Han vingutuns amics, tots dos premi Cavall Verd, així com de les novel·les El vas de plata, premi Serra d’Or i Ciutat de Barcelona, El camí de Vincennes, Entspringen iLlibre d’absències. Francesc Parcerisas (Begues, 1 94 4), poeta, traductor i crític, va aplegar la sevaprimera poesia a Triomf del present. Poemes 1965-1983, a Qua derns Crema ha publicat L’edat d’or, Focs d’octubre, Natura morta amb nens, Dos dies més de sud iSeixanta- un poemes, a més dels dietaris La pri- mavera a Pequín, premi Llibreter, i Un estiu. Ha estat professor de tra ducció a la uab i director i degà dela Institució de les Lletres Catalanes. Ha rebut elpremi Nacional de Cultu ra i el Jaume Fuster de l’Associació d’Escriptors en Llengua Catalana.
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La muerte de un amigo, una exposición y la lectura de un libro se confabulan para suscitar en el narrador el hallazgo de una expresión perdida: «estado de ausencia». Embarcado en la búsqueda del secreto que se oculta tras esa expresión, y para descubrir todos sus posibles sentidos, el narrador interpela a protagonistas de novelas, a testimonios de escritores y pintores, a estados de ánimo provocados por ciertas piezas de música. Hasta que se le revela una sucesión de ideas y de imágenes que envuelven el recorrido vital del propio narrador. Porque siguiendo los indicios que esa expresión deja en autores como Ernst Jünger, Baudelaire, Proust, Llull o Samuel Beckett, el narrador identifica una cualidad viva y desconcertante. Un don que lo transforma todo en una realidad que desborda la lógica de la certeza y la verosimilitud.
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