Connelly nos presenta a su nuevo detective: Stilwell. Un policía que sigue su misión sin descanso en la aparentemente idílica isla Catalina.
El sargento detective Stilwell, del departamento del sheriff, ha sido «desterrado» a una discreta comisaría en la apacible isla de Catalina después de perder su puesto en la brigada de homicidios de Los Ángeles por decisiones políticas en el seno del departamento. Mientras se ocupa de los habituales casos de borrachos, alborotadores y pequeños robos que caracterizan a su nueva jurisdicción, Stilwell recibe el aviso de que hay un cadáver sumergido con un ancla en las aguas del puerto, una mujer identificable únicamente por un mechón morado en el pelo. Al mismo tiempo, una denuncia por caza furtiva en una reserva natural protegida deriva en un caso cargado de violencia y peligro a medida que el detective investiga a fondo el turbio pasado de un pez gordo de la isla.
Stilwell, cruzando todos los límites del protocolo y la jurisdicción, trabaja empecinadamente en los dos casos. Pese a las trabas que le causa una vieja rencilla con un excolega decidido a boicotearlo a cada paso, está convencido de que es la única persona capaz de hacer justicia por la mujer conocida como Belladona. Su investigación no tarda en desvelar secretos celosamente guardados y el oscuro corazón de la serena isla que tenía que ser su refugio de los males de la gran ciudad.