
Taro se recuerda a sí mismo como un niño bastante preguntón, al que todo le generaba curiosidad. Por eso sus libros, a través de un estilo inconfundible (tierno, muy colorido, sencillo y delicado), intentan dar respuesta a las dudas de los más pequeños. Para ello se vale de una ironía y un humor sutilísimos, presentes siempre en sus creaciones.
Los libros de Taro Gomi son considerados pequeñas obras de arte en todo el mundo. Entre sus obras más reconocidas se encuentran Todos hacemos caca, Mis amigos y El Autobusito.