El Castillo
El final de El Castillo resulta tremendamente revelador. Kafka murió en 1924 de tuberculosis antes de acabarlo, por eso la historia se interrumpe sin más, en mitad de una frase que queda a medias. Pero al mismo tiempo ese final representa magníficamente lo que es la novela, un laberinto infinito y absurdo que el protagonista -y junto a él, el lector- recorre cada vez más confundido, donde cada pregunta genera una nueva pregunta, donde cada línea argumental genera numerosasramificaciones, y del que parece imposible salir. Laobra comienza cuando el protagonista K. llega una noche a una aldea para ocupar el cargo de agrimensor, antigua profesión de delimitar las tierras. El puebloestá dominado por un castillo, que es más bien un conjunto de casas donde reside la autoridad y de donde emanan las leyes y normas que marcan la convivencia yvida de los vecinos. La estancia de K. en el pueblo pronto se convierte en una pesadilla. Como el resto devecinos, K. se ve atrapado por una serie de leyes ydeberes absurdos que ni siquiera conocen. El Castillose lee como una crítica contra el poder frente al administrado, de la ley omnipotente que aplasta con expedientes y jerarquías de funcionarios interminables alos individuos pasivos, a los que no les queda otraque acatar las órdenes aunque no las entiendan. Aquíse presenta la nueva versión restaurada de El Castillo, realizada por un equipo internacional de expertossobre manuscritos originales y las notas de Kafka, que revela por primera vez el pensamiento real del granautor, independientemente de los errores y omisionesde las versiones anteriores de Max Brod. Franz Kafkanació en Praga en 1883 en el seno de una familia decomerciantes judíos. Presionado por su padre, una persona autoritaria y severa, se doctoró en Derecho y alaño siguiente se colocó de pasante en una compañía de seguros. Por entonces comenzó a escribir y en 1892publicó su primer libro, una colección de prosas breves, impulsado por su amigo Max Brod. En 1916 apareciósu narración más famosa (y la única que publicó en vida), La Metamorfosis, historia alucinante que estrenó el adjetivo kafkiano. En 1917, cuando pensaba marchar a Palestina, enfermó de tuberculosis y comenzó a dedicarse en cuerpo y alma a la literatura, lo que simultaneaba con su trabajo en una empresa de seguros, apesar de la oposición de su progenitor, de varios proyectos matrimoniales frustrados y de su grave enfermedad que acabaría con su vida en 1924. Poco antes demorir, Kafka le encargó a Brod que destruyera una maleta donde estaban todos sus textos (había dejado 3.500 páginas inconclusas, entre ellas 3 novelas, reflejode su carácter perfeccionista hasta el punto de rayar lo obsesivo). Por suerte, Brod no le hizo caso y, junto con la última compañera del autor, Dora Diamant,decidió supervisar la publicación de su obra, primero El Proceso, y después de sus manuscritos inconclusos, como El Castillo, en 1926, que recibió una gran acogida y se convirtió en un éxito internacional, y encumbró a Kafka como una de las máximas figuras de la literatura del siglo XX.
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