Mamá en busca del polvo perdido
Hay gente muy motivada con ganas de hacer grandesgestas, como subir un ocho mil o sacarse una carrerauniversitaria pasados los cuarenta. Paz no.Paztiene tres hijos, un marido estįndar, un jefe gilipollas y lo mįs parecido a tener tiempo para ella es conseguir ir sola a comprar al Carrefour. Pero sķ que tiene una misión: se ha propuesto echar un polvo, no,UN POLVAZO, con el padre de sus hijos. Con preliminares y todo.Solo tiene que conseguir un momento,de mįs de dos minutos si no es mucho pedir, en el que los dos tengan ganas, duchados si puede ser, que noestén muy cansados, preferiblemente depilados, que no estén casualmente enfadados y, por supuesto, que los nińos se duerman pronto.No puede ser tan difķcil, æverdad? æVERDAD?æQUE CUĮNDO EMPEZÓ TODO? Podrķa decir que la hecatombe se desató un dķa que sucedió algo especial, una singularidadcósmica: los nińos se durmieron pronto. Y Didier y yo tenķamos ganas de mambo, asķ que nos pusimos al lķo, aunque, ”oh, destino!, los nińos estaban ocupando todas las superficies blandas de la casa.Sin embargo, estįbamos fogosos, de modo que nos fuimos al suelo. Y descubrķ una verdad horripilante: que el amores joven, pero mis rodillas se ve que no.”””UN DERRAME!!!Un puto derrame se me hizoen la rodilla izquierda, que se me puso MORADAcomo una berenjena vasca. ””Si solo tengo treinta ynueve ańos!! ”æEn qué momento de mi vida me he convertido en una SEŃORA a quien le sale UN DERRAME POR ECHAR UN POLVO?!Esto no se acaba aquķ. Llamadme loca, pero TENGO UNA MISIÓN: Voya echar un SEŃOR POLVAZO con el padre de mis hijos.
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